El acompañante terapéutico en la demencia

Romina Pericich y Natalia Blanco, voluntarias de ALMA, participaron del Encuentro de Acompañantes Terapéuticos. La presentación fue sobre el rol del AT en equipos interdisciplinarios para pacientes con demencia.

El pasado viernes y sábado, se realizó en nuestra ciudad el III Encuentro Federal de la Red Argentina de Acompañamiento Terapéutico (AT) “Construcción de nuevos espacios. Redes de transmisión en lo comunitario”. ALMA Rosario fue convocada para el panel “Adultos mayores y la cotidianeidad”, junto con el médico gerontólogo Dr. Eduardo Rodriguez Halzuet y la acompañante terapéutica Camila Eugenia Such Monlezun.

La primera parte de la disertación estuvo a cargo de Romina Pericich, psicóloga y presidente de la asociación. Para enmarcar la exposición, definió a la demencia como un “síndrome caracterizado por una declinación progresiva de las funciones mentales superiores que interfiere en el quehacer diario y en su calidad de vida”. Al ser de carácter crónico, con el paso del tiempo irá agravando el deterioro cognitivo y se presentarán manifestaciones físicas y psicológicas.

“El diagnóstico no solo afecta al paciente, sino a toda la familia y, en especial, al cuidador principal”, afirmó Romina. En tanto, agregó que el entorno puede experimentar una gran variedad de emociones y que al mismo tiempo se irán modificando los roles y la rutina, aunque la responsabilidad y el compromiso siempre recae en una persona que se denominará como cuidador principal.

Respecto a esta figura explicó que se puede generar una dependencia psicológica a lo largo del proceso. Por esa misma razón es que hay que evitar la sobrecarga del cuidador principal. “Se conoce también como Burn Out o cuidador quemado y es un estado de agotamiento físico, mental y psicológico por haber cuidado a personas durante mucho tiempo”, caracterizó Pericich y continuó: “Se observan una serie de síntomas como ansiedad, depresión, irritabilidad o culpa, sumado a la pérdida de amistades, auto cuidado o incluso su trabajo”. Tanto el cuidador principal como el resto de los familiares deben tomar conciencia de la necesidad de contratar un profesional. Es el momento en que aparece la figura del acompañante terapéutico para contribuir en la labor de cuidado para mejorar la calidad de vida del paciente y su entorno.

Romina Pericich disertando la tarde del sábado.

Natalia Blanco es psicóloga y coordinadora de grupos de apoyo y talleres de memoria de ALMA y puntualizó que el AT tiene que formar parte de un dispositivo interdisciplinario. Junto al médico de cabecera y los especialistas en neurología, psiquiatría, kinesiología deben diseñar una estrategia para el tratamiento del paciente. Asimismo, enfatizó que debe ser “una bocanada de aire fresco para el cuidador” y que, como al familiar su vínculo no le permite actuar frente a ciertas situaciones, el profesional va a ejercer de mediador más allá de atender al paciente.

Brindar una mejor calidad de vida implica comenzar a formar parte de la cotidianeidad del paciente, acompañarlo, sostenerlo y, en palabras de Natalia Blanco, “tratar de armar ese ‘yo’ que, una vez resquebrajado, comienza a derrumbarse”.

María Sol Dimas Ruiz, psicóloga y vicepresidente de ALMA, también estuvo presente en la jornada y agradeció a la organización por la convocatoria. “Creemos que es muy importante que se generen estos espacios de debate y capacitación porque aún hay muchas dudas respecto a las demencias y más que nada hay desinformación”, refirió a lo que agregó que “sigue habiendo muy poca aceptación en la sociedad”. Incluso destacó que cuidar a una persona con estas patologías es muy difícil, por eso recalcó la importancia de la formación en esta temática.  “En una primera instancia el cuidador piensa que nadie va a ocupar ese papel mejor que él, pero con el tiempo se dan cuenta que el acompañante terapéutico cumple un rol imprescindible al transitar este proceso”, precisó.