La kinesiología tiene un papel fundamental en este tipo de patologías, mantener y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Tania Angeletti es la profesional que se sumó para desarrollar la temática. Charló con Javier Insaurralde de Pangea responde y brindó consejos y ejercicios. Más detalles en esta nota.
Tania Angeletti es kinesióloga y disertó el último miércoles del mes de julio en el auditorio del CEMAR en marco del ciclo de charlas “Enfoques sobre el Alzheimer”. Para acompañar la explicación teórica solicitó a los asistentes que realicen ejercicios en el momento. El objetivo del ciclo y de las charlas es poder responder a las inquietudes frecuentes y brindar herramientas para que cuidadores y familiares puedan aplicarlas.
El rol del kinesiólogo en este tipo de patologías es ejercitar para conservar la autonomía funcional del paciente y mejorar la calidad de vida. La demencia trae acompañada el deterioro físico, afectando la movilidad, fuerza, coordinación, equilibrio y estabilidad. Principalmente se puede observar en la marcha ya que el paciente pierde gradualmente la coordinación y el equilibrio, y arrastra cada vez más los pies, lo que aumenta su miedo a caerse. De igual manera, dependiendo de la patología y el estadío en que el paciente se encuentre, serán los signos y síntomas que se observen. Como ejemplo, Tania dijo: “Que le cueste levantarse de la silla eso ya es un síntoma de falta de fuerza muscular”.
Se pueden hacer ejercicios con elementos básicos que se encuentren en una casa, lo importante es la constancia y el acompañamiento e incentivo por parte de los familiares. “Toman un palo de escoba, levantan los brazos y hacen 3 series de 10. Así están trabajando movilidad del miembro superior. Estás posibilitando que el paciente tenga mayor movilidad para agarrar un vaso, una cuchara, o peinarse”, explicó la kinesióloga.
Para evitar la pérdida de la fuerza muscular en las piernas se puede trabajar en un sillón, “que se tome del apoya brazos y haga el movimiento de levantarse sin llegar a hacerlo”, demostró Angeletti y justificó: “Eso va a permitir que cada vez que lo haga pueda subir un poquito más hasta que logre pararse”. Si la persona no tiene estabilidad en la zona media, se le va a dificultar ponerse de pie. Para esto, se realizan ejercicios de fuerza a través de abdominales y bandas elásticas.
Una manera de entrenar la coordinación es pedirle a la persona que lavante la mano derecha, luego la izquierda alternándolas, ejemplificó Angeletti. Seguir con los pies, primero uno y después el otro. Complejizar la gimnasia solicitando que mueva brazo y pierna derecha a la vez, posteriormente lados contrarios. Es para ir de menor a mayor dificultad. Por otro lado, la motricidad fina se puede trabajar acomodando cucharas o utensilios de cocina uno al lado del otro para que el paciente los tome y coloque de a uno dentro de una taza. Luego sacarlos de la misma manera.
Más información sobre el ciclo: info@almarosario.org.ar
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