Alzheimer: un nuevo invitado en la mesa familiar

Las fiestas de Navidad y Año Nuevo son fechas especiales para compartir y reencontrarse. Cuando el Alzheimer llega de invitado, hay ciertas cosas que debemos tener en cuenta. Por eso, traemos algunos consejos que para los cuidadores y pacientes con Alzheimer puedan pasar unas tranquilas fiestas en familia.

Para empezar, es primordial poner a la familia a tanto del diagnóstico. Puede que algunos ya lo sepan y otros no, es importante que todos los seres queridos sepan de la enfermedad, ya que, de esta manera, todos sabrán entender las equivocaciones y repeticiones que puedan presentarse, sin hacer sentir mal o remarcar los errores del paciente

Una pregunta habitual que surge en nuestros espacios con respecto a las fechas especiales es: ¿Es aconsejable seguir organizando festejos? La respuesta siempre será depende. Si el paciente se siente con ánimos de celebrar, de reunirse con familiares y amigos, bienvenido sea. Por el contrario, si éste no se muestra con interés de estar en un ambiente festivo o interactuar con mucha gente, debemos respetarlo

En caso de que nos encontremos en la disyuntiva de tener que decidir qué hacer, lo mejor será guiarnos por nuestro instinto. En cualquier circunstancia es aconsejable un entorno conocido, con la menor cantidad de estímulos posibles que puedan alterar o generar ansiedad en el paciente. Un ambiente relajado y ameno será el mejor amigo para que tanto pacientes como cuidadores pasen un momento de alegría y distensión. 

Con respecto a la comida, es importante poner especial atención a la ingesta de alimentos muy pesados o en gran cantidad. Esto no significa que privemos al paciente de comer, sino que estemos atentos y seamos prudentes. Una táctica que puede servir es: no poner toda la comida sobre la mesa, sino servir cada plato, pues, el paciente al no tener conciencia plena de lo que come, si ve algo rico en frente muy probablemente siga comiéndolo sin darse cuenta del exceso. De la misma manera, con la bebida, poniendo especial atención a las bebidas alcohólicas. 

Debemos tener en cuenta que puede suceder que el paciente quiera irse antes de tiempo, sobre todo si no está acostumbrado a quedarse despierto hasta tarde. En este caso, no debemos frustrarnos ni enojarnos, sino encontrar un espacio adecuado para que pueda descansar, o llevarlo a su casa. Lo importante es que no nos pongamos insistentes o imperativos en este punto, ya que la idea es pasar un buen momento con la familia y los amigos. Si el paciente dice “hasta acá”, que así sea. 

Toda la familia debe involucrarse en el cuidado y la atención del paciente, para que los cuidadores puedan descansar. Para esto, sugerimos no estar tan al pendiente de lo que el paciente dice, ni afligirnos si hace algún comentario fuera de lugar o repite mucho las mismas cosas. En este aspecto, podemos seguirle la corriente o cambiarle de tema, en cualquier caso el objetivo es no ponerlo en evidencia ni generar tensiones. 

Si nos equivocamos, ¡no importa! Siempre se puede empezar de nuevo e intentar hacerlo mejor. Las fiestas son el momento del año para reflexionar y disfrutar en familia, no dejemos que nada nos quite ese placer, ni siquiera el Alzheimer. La labor de cuidado de un paciente está llena de desafíos, lo importante es poner mucha paciencia, amor y humor.